Sin embargo, en ella nos va la vida y la felicidad verdadera:
Libertad más allá de poder hacer "lo que se me antoje" en cada impulso, en cada momento.
Libertad que trasciende las pequeñas libertades humanas y apunta más lejos, más alto, más hondo.
Libertad que gozaron Víctor Frankl y Etty Hillesum en campos de concentración nazi (misteriosamente libres los más indignamente privados de ella).
Libertad que gozaron Víctor Frankl y Etty Hillesum en campos de concentración nazi (misteriosamente libres los más indignamente privados de ella).
Libertad para elegir actitud cuando no podemos controlar circunstancias: paciencia para lo inevitable pero, cuando es posible, esfuerzo máximo para cambiar lo adverso.
Libertad para dibujar sonrisas, también cuando no apetece, pues transformar positivamente el rostro cambia nuestra actitud.
Libertad para levantarse en cada tropiezo o caída siguiendo adelante como si nada.
Libertad para aspirar al Infinito sin atarse a una esclavitud mezquina que impida mirar a lo alto y crecer.
Libertad en Vuelo que engrandece el ser y procura la paz.
Como dice el poeta:
"Libertad,
dame tus alas para romper cadenas,
tu cielo para bendecir mi tierra..."