lunes, 25 de noviembre de 2019

REPITIENDO PATRONES






Eric Berne,   elaboró una teoría psicológica relacional, además de método clínico de psicoterapia,  que denominó análisis transaccional.   Trata de concienciar y regular los posibles desajustes que las primeras interacciones del niño en edades tempranas dejan como huella permanente en su vida.  
Estudiando las transacciones adultas (según los estados del yo),  es decir,  la manera de relacionarse con los demás  (los juegos o roles que se establecen),  se puede inferir el posible guión de vida que conduce a las personas.  

Berne define el guión como "un programa desarrollado en la infancia bajo influencia parental, que dirige la conducta del individuo en los aspectos más importantes de su vida"Obedece a una "decisión inconsciente"  adoptada en la infancia como estilo de vivir la vida,  que puede  resultar
encadenante o liberadora.  

Si tienes la sensación  de que hay situaciones en tu vida que se repiten una y otra vez,  patrones de conducta y reacciones que te esclavizan, no puedes evitar aunque quieras y  persisten sin darte cuenta,    probablemente estés siguiendo un guión de vida aprendido e internalizado en edades tempranas. 

Aquí van varios ejemplos de alta probabilidad: 

   - Si de niño recibiste afecto solo cuando hacías las cosas "perfectamente bien",  sin aceptar tus errores,  se forjará un adulto hiperexigente (consigo mismo y con los demás) y ansioso,  porque una perfección extremada y continua es imposible;  la  frustración sostenida  puede derivar en violencia o agresividad hacia los demás  cuando no cumplen las expectativas que  esperas  (a nivel familiar adulto puede desplegarse el patrón con los hijos o el cónyuge;  a nivel laboral,  con los subordinados...)

    - Si en tu infancia te han aplaudido solo cuando complaces a las personas más relevantes de tu entorno  (normalmente padres),   tu ser adulto estará siempre pendiente de la opinión de los demás y te costará decir no,  cuando a veces importa mucho decir no. 

     - Si de niño viviste sobreprotección,   a tu adulto puede faltarle seguridad en tí mismo y sucumbir fácilmente ante el estrés, el miedo y la ansiedad, costándote  mucho asumir responsabilidades.
...

No  podemos cambiar el pasado en nuestra vida  (progenitores o tutores harían lo que mejor pudieron y supieron).   Esto hay que aceptarlo.  Pero  si te haces consciente del origen  (no culpable)  de aquellas cosas que querrías cambiar  en ti,   adquieres poder sobre ello;   con un adecuado trabajo personal el control automático que poseía aquella huella  pasará a tu dominio,  con la libertad de decidir,  en cada momento,  la actitud que,  en adelante,  prefieres  seguir.