Comunicar con los demás (charlar, compartir, dialogar) no solo es importante sino necesario para el equilibrio personal y los procesos de socialización humana.
El ser humano es un animal social que necesita de los demás.
Aprender a transmitir ideas y sentimientos, aprender a escuchar son tareas elementales para entendernos, para evitar conflictos (o solucionarlos), para sentirse mejor consigo mismo y con las personas en un mundo difícil. Es asignatura importante que debe aprenderse desde la infancia para adquirir una adecuada competencia comunicativa.
El ser humano re-crea la realidad a través del lenguaje.
Comunicamos verbalmente con el habla (oralidad) o bien por la escritura, pero también por lenguaje no verbal: gestos/ señales o paralenguaje (acento, volumen de voz, entonación, velocidad del habla...). Incluso con el silencio. Todo transmite información de manera explícita o implícita, aunque lo que entendemos como comunicación, en sí, supone una acción consciente e intencional que pretende informar, generar acciones, conocer al otro y darse a conocer, solucionar conflictos, llegar a acuerdos, transmitir conocimientos y enseñar.
Por otro lado, para comunicar mejor hay que conocerse bien, ser capaces de sinceridad y autenticidad para transmitir confianza: esa realidad consistente en la que se asientan y consolidan las relaciones humanas y sus sociedades.
El ser humano, como criatura contingente, depende de otros factores, personas o circunstancias, para existir. Como ser social, necesitará de la aportación de los demás para una vida digna, colaborando él, por su parte, con sus propios talentos y capacidades.
Comunicar adecuadamente le permitirá expresar sus necesidades, creencias, deseos, metas, proyectos, anhelos, solicitar la ayuda que necesite y también poder brindarla.
Para que el comunicar sea efectivo y positivo los expertos incluyen los siguientes rasgos y actitudes: escucha activa, empatía, comprensión del lenguaje no verbal (lenguaje corporal,paralenguaje), asertividad, habilidad para resolver diferencias, respeto y credibilidad.
Subjetivamente, los beneficios de una comunicación positiva son evidentes. Las personas disminuyen su estrés, se sienten mejor consigo mismas y con los demás, son más creativas y se concentran mejor; aprenden más, se motivan con mayor facilidad, mejoran el rendimiento, se hacen más empáticas y comprensivas, más resilientes y responsables; gestionan mejor sus metas y sus logros personales, crecen y maduran, tanto cognitivamente como emocionalmente, de manera significativa.
Comunicar adecuadamente se convierte en una manera de amar.