sábado, 9 de abril de 2022

¡PERSEVERA!

 





Lo que se define como perseverancia firmeza o constancia en la manera  ser o de obrar, es una gran virtud, una actitud ante la vida, que no deja de tener su recompensa.   Orienta las mejores energías en la dirección escogida, consciente y coherentemente, y se alimenta de fuerza, tesón,  convicción,  fe,  esperanza en algo bueno y mejor que pretendemos. 

 Es la materia prima de toda resiliencia, aquella fortaleza poderosa capaz de soportar cualquier adversidad y seguir adelante en la vida con afán constructivo y positivo.

Estas actitudes se hallan sostenidas por importantes sustancias bioquímicas,  los neurotransmisores serotonina y dopamima, agentes poderosos que intervienen igualmente en la motivación y  la felicidad.  Sin rendirse nunca, en pos de nuestros ideales,  se ha demostrado cómo la perseverancia, junto con la esperanza,  son las cualidades que mayor  impulso procuran en el ser humano hacia el bienestar y la felicidad (Renzulli, Torrance).

Lao Tsé decía que la perseverancia es la base de todas las acciones.   Sobre todo, de aquellas importantes que sostienen y mejoran nuestra vida, rechazando la labilidad e inestabilidad emocional, que no echa raíces en nada, en nadie, en ningún lugar.  A veces la fuerza nace de nosotros mismos, de nuestro interior... Pero en otras ocasiones,  la reconocemos un día en personas concretas que han luchado y  suponen una fuente de inspiración en nuestra vida.

 Conviene saber que la perseverancia en nosotros, además de luchar por nuestra felicidad, nos protege de la depresión y la ansiedad, que se  esfuman ante ella... La decisión de perseverar, al hilo de la vida,  no deja lugar para brechas ni resquicios  falsos donde colar el desánimo.  

Por eso, el factor definitivo es el tiempo;   los intentos aleatorios y esporádicos de va y ven, que no enraízan con determinación,  solo suponen una pérdida inútil de tiempo y energías.  No importa caer,  lo importante es levantarse de nuevo y seguir la marcha.

El que perservera nunca se desanima:  sabe que cada caída es un aprendizaje, cada fracaso, un paso hacia delante;  sabe que no importa el tiempo que pase,  lo realmente importante es llegar.  Decía Beethoven que el genio se compone de 2x100 de talento y 98x100 de perseverancia.

Este es el secreto del éxito en la vida,  de la superación de adversidades,  de una personalidad consistente, de la autoestima y amistad consigo mismo, del reconocimiento y aprecio del valor de los demás.

 Es decir, la perseverancia es clave de vida en profundidad,  con esa intensidad de vivencia  que aquilata una felicidad serena y agradecida, como  paz del alma, que no se tambalea ante cualquier zozobra de nuestra azarosa existencia.