miércoles, 16 de agosto de 2023

TOLERANCIA

 


La Tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y maneras distintas de manifestar nuestra condición humana (Declaración Universal de los Derechos humanos, Unesco,1995),

Virtud bella y actitud importantísima, especialmente en este tiempo, donde la pluralidad, la complejidad de personas, condiciones y circunstancias nos rodea, y que en sociedades democráticas, hay que cultivar.   Somos todos muy distintos y todos tenemos derecho a ser lo que somos, sabiendo que nuestras libertades tienen su límite en el derecho de los demás.  Y vice, la libertad de los demás,  tiene tope en nuestros derechos.   Se trata, en la realidad práctica y cotidiana de la vida, de abrazar al diferente, no dejarse contaminar por prejuicios y discriminar,  simpatizar con ellos, comunicar, interrelacionar y enriquecerse mutuamente.  El objetivo es la buena convivencia y armonía de los grupos humanos y sus sociedades.  Y esto hay que empezar a conocerlo, aprenderlo y educarlo desde la escuela, con adecuada proyección familiar. 

Abrirse a la diversidad promueve una mente abierta y clara, voluntad de aprender, crecer y madurar sin encerrarse  en los propios contenidos mentales, que hay que mantener frescos y renovados.  La apertura sincera, transparencia y fluidez, con respecto al exterior, ayuda a ser más feliz ... Y al tiempo que se disfruta, se comparte riqueza y se construye juntos un mundo mejor, más justo e inclusivo. 

En sociedades estresadas, donde la violencia  se mueve a veces a flor de piel,  la tolerancia  necesita mucho ejercicio de respeto y comprensión. 
Por otro lado,  en un mundo igualmente incierto (modernidad "líquida"),  en que todo cambia tan
rápido  -el trabajo de hoy puede no estar mañana, las relaciones y amistades son a menudo  inconsistentes o poco fiables en el tiempo, la vida se encarece... -, la tolerancia, la paciencia, se hacen todavía más necesarias.    Lo cual tampoco quiere decir aceptarlo todo sin  más,  siempre hay que intentar que las cosas funcionen de manera ordenada y como  parezca mejor, en lo que de cada cual dependa.  Pero aceptar también que el otro puede tener  criterio distinto y si  toca a ese otro decidir, habrá que aceptar. 

Con lo cual, el tolerante no renuncia al criterio propio,  pero implica  autocontrol,  de forma que, en determinadas circunstancias,  sabe callar, educa la mirada y el corazón, por respeto, omite la hipercrítica inoportuna para no herir injustamente.  Los conflictos y diferencias se asumen como normales en la convivencia humana,  se afrontan con naturalidad y espíritu de superación mediante empatía, comprensión mutua y comunicación.  

 El modo hedónico de comunicación  ayuda a socializar sin miedos,  desactivando la ansiedad social, descubre el placer de colaborar y construir juntos.  El descubrimiento inteligente de la cooperación ha sido arma secreta de la historia,   que ha permitido a la evolucionar a todas las sociedades vivas, animales, también humanas,  llegar adonde ahora estamos  y proyectarnos sin miedo hacia el futuro.