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Vale la pena detectar y concienciar áreas diversas en las cuales, tal "ceguera" nos implica y "engulle":
-Ceguera hacia algunos aspectos de nuestro yo, especialmente, esos lados oscuros que nos disgustan y procuramos obviar, proyectándolos luego negativamente sobre los demás (obsesiones, violencias, intolerancias, rencores y envidias; egoísmo, orgullo y soberbia, prepotencia, competitividad, frivolidad, intransigencia, dureza de corazón... )
-Ofusca y ciega igualmente esa comodidad fácil que nos aliena y aprisiona en nuestra particular "zona de confort", la cual mantenemos con celo aunque nos hallemos sumidos en la indigencia de importantes estados carenciales. Ceguera como cobardía que prefiere no arriesgar por miedos irracionales infundados que ralentizan o paralizan (de manera invalidante) todo impulso de liberación, atando la dinámica de la vida a inercias repetitivas, somnolientas y frustrantes.
-La ceguera social nos hace indiferentes y pasotas ante muchos dramas de nuestro mundo, que nunca gustan, nos incomodan y hacen sufrir; situaciones que nos cuestionan, interpelan y culpabilizan en la impotencia o la inacción, pero que terminan "resbalando" insensibles a fuerza de repetición de imágenes y noticias (se produce "habituación" en psicología cuando el estímulo repetitivo resulta ya incapaz de provocar respuesta).
Tampoco buscamos ahondar demasiado por si nos recome la conciencia y nos fuerza a un compromiso incómodo con la Justicia. Existen grandes beneficiados del inmovilismo y ceguera de muchos: son aquellos que salen reforzados en su statu quo ( político, económico o religioso) y que eligen para sí otra clase de ceguera que no repara en el sufrir injusto de aquellos a los que oprimen.
Tampoco buscamos ahondar demasiado por si nos recome la conciencia y nos fuerza a un compromiso incómodo con la Justicia. Existen grandes beneficiados del inmovilismo y ceguera de muchos: son aquellos que salen reforzados en su statu quo ( político, económico o religioso) y que eligen para sí otra clase de ceguera que no repara en el sufrir injusto de aquellos a los que oprimen.
-Ciegos somos también cuando solo sabemos ver lo que no nos gusta del otro, sin apreciar la multitud de cosas buenas que también posee.
-Y ciegos, cuando en la vida quedamos prendidos de la adversidad, sin apostar por esos rayos de luz que siempre se filtran traspasando la oscuridad, porque existen, son reales y salvan.
-Y ciegos, cuando en la vida quedamos prendidos de la adversidad, sin apostar por esos rayos de luz que siempre se filtran traspasando la oscuridad, porque existen, son reales y salvan.
El primer paso hacia la luz que ve es la conciencia: reconocimiento y aceptación de la propia oscuridad, de la duda y la ofuscación; de esa mirada condicionada, poco clara y sesgada, de la cual, todos necesitamos ser sanados, iluminados con mirada de amor para poder alumbrar amor en otros.
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Donato Carrisi (escritor) decía que a veces hace falta oscuridad para ver mejor las cosas ( sin oscuridad, por ejemplo, no podríamos ver las estrellas).
Y el genial pintor Antonio López (maestro de hiperrealismo) confiesa: Estamos todos llenos de dudas, estamos todos creando en la oscuridad. Y ahí sigue él, Artista, construyendo maravillas reales entre las luces y sombras de la vida.