lunes, 21 de mayo de 2018

TEORÍA DEL CAOS



¿Conoces la teoría del caos?    

En este mundo existen cosas predecibles,  pero otras no se pueden prever.  ¿Sabrías por qué ladera caería un huevo desde el vértice de una pirámide?
¿o el camino de una botella lanzada al mar a la deriva?
¿o el itinerario del vuelo de una mosca?
Sus resultados dependen de condiciones iniciales, nanométricas, imposibles de controlar. 

A esta impredecibilidad  la llamamos "caos",  porque la trayectoria de muchos procesos dependen de multitud de factores imprevistos, a menudo sutiles,  capaces de generar grandes cambios.  Esta constatación generó la teoría del caos.

Desde ella conocemos también el efecto mariposa:  una variable,  pequeñita en su comienzo,  influye en otras,  pudiendo  amplificarse en su trayecto y producir un resultado final inesperado;  como el clásico decir: "el débil batir de  alas de una mariposa puede causar  un huracán a miles de kilómetros de distancia”.
Todo viene a hablar de impredecibilidad, de la influencia constante de lo que llamamos "azar".

Sin embargo,  el resultado definitivo de este "azar" no es caótico.  Con perspectiva necesaria,  se infiere en él  la matriz de otro nivel de sentido.  Pero el Sentido existe.

Por ello, es muy importante saber que,  a pesar de las apariencias, este "caos" no supone una falta de orden,  sino que los avatares de la vida y del universo no responden a un modelo lineal matemático.  Su ocurrencia remite a leyes de otra dimensión que también tienen  límites (las posibilidades son múltiples,  pero nunca infinitas:  el huevo caerá,  necesariamente,  por una de las laderas de la pirámide).      

En Psicología,  también se aplica la teoría del caos y sirve para explicar la extraordinaria diversidad que encontramos en actitudes, pensamientos,  ideas, creencias, emoción humana...  Para una misma herencia genética,  un sinfín de factores y circunstancias  -incluso imperceptibles-  pueden condicionar la vida  en un sentido u otro por medio de los pensamientos y conductas que generan,  moldeando la personalidad.

Así es la vida.  Un caos aparente pero que,  en el fondo,  se topa con sus límites.   En el fragor de la lucha diaria,  en medio del  "caos",  perdemos con frecuencia la visión serena de la realidad;  muchas situaciones difíciles,  penosas y oscuras,  no pueden entenderse.      Sin embargo,  pasando el tiempo,  una perspectiva con experiencia  ofrece  una panorámica  diversa,  una mirada nueva.  Y detalles, antaño insufribles, cobran  sentido y valor al constatar que  nos hicieron más fuertes, nos han construido,  o bien revelan y explican  nuestro  presente.

Un cuadro impresionista,  visto muy de cerca,  ofrece una realidad ofuscada y "caótica",  llena de manchas,  color, luces y sombras.  Entenderla y apreciarla  pegados al lienzo se hace imposible...   Pero conforme nos alejamos  adquiriendo la distancia adecuada,  el cuadro  toma vida  apareciendo formas coherentes,  imágenes con Sentido.  
Podemos entonces reconocerlo como una obra de arte sugerente y  maravillosa.                          Igual nuestra vida. 



martes, 1 de mayo de 2018

¿QUÉ SABES DE TI?




Habrás oído alguna vez el famoso aforismo "Conócete a ti mismo", inscrito en el pronaos del templo griego de Apolo en Delfos.   Desde la Antigüedad nos recuerda que, para acceder a la Sabiduría más elemental, se  necesita aquella premisa básica,  situando su exhortación  bien visible a la entrada del templo.

Es frase que encierra las más primitivas preguntas que brotaron del corazón humano en su despertar de Con-ciencia:  quién soy,  de dónde venimos,  adónde vamos... todas aquellas cuestiones que emergen desde la perplejidad de un yo que se descubre a sí mismo  y  necesita  comprenderse.   

El intentar aproximarse a este fin  supone todo un camino personal de conocimiento propio  (naturaleza, limitaciones, mente,  emociones y el propio misterio espiritual)  que sacie nuestra sed existencial y permita hacernos mejores personas:  más auténticas, sabias y consistentes.  

De alguna manera, acaba siendo una "obligación moral"  para cada persona.  Observarse, comprenderse, aceptarse y estudiar la propia alma en  sus motivaciones y comportamientos... son clave  para  orientar la vida, entender el mundo y comprender a los demás.   El conocimiento propio estimula el autocontrol de impulsos y emociones  y  mejora la convivencia social,  favoreciendo la armonía  entre personas y pueblos.


El Conocimiento propio genera, además, la importantísima   Empatía  pues,  el ser capaces de conocer,  aceptar y comprender el propio barro  nos hace aptos  para conocer,  aceptar y comprender igualmente a los demás.  El conocimiento propio y la empatía son las raíces más sólidas, profundas y fiables  de la llamada  Inteligencia Emocional. 

Pero el Conocimiento propio no se queda solo en la superficie de las cosas;  es también  llave y puerta para un Conocimiento Interior,  más profundo,  de la realidad;  ese que,  más allá de lo visible,  teje con Sabiduría los incalculables hilos del mundo.  Promueve una Mirada  despierta que no se deja engañar por apariencias,  sino que ve en lo profundo  la verdad de las cosas,  la realidad que subyace.   Siendo capaz,  así,  de guiar la propia vida con acierto  y de acompañar a los demás hacia su mejor destino.