Este sustancioso e inspirador pensamiento de Eduardo Galeano no debe dejarnos indiferentes. Nos mueve a trabajar en la vida, esforzarnos, implicarse en cambiar condiciones que no nos gustan mejorando nuestro yo, del cual depende mucho acontecer que llega a nuestro día a día.
Lo que hacemos tampoco tiene por qué ser grandes cosas sino detalles con nosotros mismos y los demás, que entrarán siempre en la órbita del amor: atención, generosidad, paciencia, amabilidad
(por favor, gracias o lo siento favorecen la salud mental propia y ajena); delicadeza, esfuerzo, responsabilidad, colaboración, empatía, interés sincero por el otro y deseo de ayudar... Pequeños ejercicios cotidianos, de todo ello, con nosotros mismos y con los demás, podrían sorprendernos en sus resultados si los trabajamos con sencillez y perseverancia día tras día.
Porque creemos a menudo que es imposible cambiar la realidad, pero en verdad podemos mucho más de lo que creemos: Cuando nada parece cambiar, si tú cambias todo cambia.
Nos parece a menudo que ante una situación adversa, no hay más reacción que la pesadumbre, el victimismo, la impotencia, la rabia, la frustración, la violencia interior agresiva o la depresión.
Pero Víctor Frankl demuestra, en su incomparable Escuela de Sentido, que entre el estímulo adverso y la respuesta humana existe siempre un pequeño espacio, un tiempo de latencia ofrecido a nuestra libertad. Esa libertad que nada ni nadie nos puede quitar, la libertad de elegir mi actitud ante cualquier revés: puedo negarlo, enfurecerme, desesperar ... o puedo aceptar, respirar hondo y pensar si tengo alguna manera de mejorar la situación.
Sin perder nunca de vista aquello que, a pesar del contratiempo, aún nos queda y nos sostiene; libres, así, para recordar nuestra fuerza, sonreír, luchar o confiar y esperar.
Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos, en busca, siempre, de lo mejor de nosotros mismos y de los demás, ese descubrimiento del ser, con sus tan a menudo desconocidas habilidades, fortalezas y talentos, que nos hacen mejores personas, en beneficio propio y de los que nos rodean.