sábado, 29 de octubre de 2016

VUELTAS Y VUELTAS ... (RUMIACIÓN)






    ‘Él abusó de mí, me golpeó, me venció, y robó’
   — Y aquellos que albergan tales pensamientos el odio nunca cesará
    ‘Él abuso de mí, me golpeó, me venció, y robó’
    — Y en aquellos que no albergan tales pensamientos el odio cesará".

El Budismo afirma  que,  en situaciones de ofensa e injusticia,  el agresor es,  realmente,  el más desafortunado de todos. 
Pero la víctima  aún puede victimizarse  más con una mala gestión de sus emociones  que le robarán capacidad cognitiva inteligente para solucionar  problemas y dificultades  de la vida.   

Del pensamiento  de Buda   se desprende  una  importante enseñanza:   si te das cuenta, condiciona   determinadas emociones  (odio en este caso)  al  poder del pensamiento,   es decir, a  esas cogniciones que constantemente bullen por la mente y que,  en ocasiones,  no quieren irse  dando vueltas y vueltas  sin parar ( esto es rumiación).  Muy  a menudo,  acaban distorsionando el  verdadero acontecer y la realidad.   

Los pensamientos  que  pueblan la mente humana  pueden,  según su calidad,  posicionar  el corazón (emociones)  y  con ello la propia vida,  de manera  positiva  o negativa.     Pueden llegar a ser muy dañinos  cuando giran si cesar sobre un mismo tema  agobiando a la persona  de manera  irracional,  no constructiva,  sin aportar  provecho alguno.  Puedes agotarte  en la lucha interna que supone la  "necesidad" de pensar y "re-pensar"  aquello que te impactó y/o hirió  y la tortura de actualizar una y otra vez aquel perjuicio. 

Toda rumiación indica  que no se ha procesado correctamente la situación que nos impactó. La vida está llena  de roces y fricciones;  si permanecemos anclados  en los mínimos tropiezos y  aquello  que nos disgusta,  entraremos en la vorágine del estrés  y el sinvivir.     Además,  la falta de eficacia para solucionar  este problema  suele producir  tristeza, frustración,  apatía, indefensión,  abotargamiento mental...   llegando a alterar la percepción correcta de lo que acontece  y la búsqueda de soluciones reales. 
En determinadas tendencias de personalidad,  esta actividad "rumiativa"  puede desembocar en trastornos obsesivos  de distinto calibre  que,  si se  cronifican y enquistan,  entrañan  un auténtico suplicio para la persona  afectando su salud  y calidad de vida.  

Como medida preventiva  básica,  hay  que  mentalizarse y  tener muy claro que la vida es una "Escuela"  que nunca busca destruirnos  sino fortalecer;   los  continuos  "retos", pruebas, dificultades que se presentan,  buscarán de ti  el mejor  afrontamiento:  movilización de recursos (a veces ignorados),  capacidad de aprendizaje,  relacionabilidad  de sostenimiento y  ayuda (red social)...  En definitiva, consolidarte como persona.    La vida es escuela de Resiliencia.  

 Cuando los pensamientos  alborotados y caóticos  buscan  instalarse  en nuestra mente  alimentando el ego con el victimismo,  la autocompasión,  el narcisismo,  el  odio o  los deseos de venganza,  en primer lugar hay que despertar  la Conciencia  Consciente: saber que  la persona es y será  siempre dueña de sus pensamientos. 
A continuación,  debes   valorar  con realismo su calidad  (pensamientos  constructivos o destructivos)  y saber diferenciarlos:   si  en verdad  te ayudan,  o  bien,  alimentan el egocentrismo, el  odio,  el resentimiento y el rencor  (verdaderos tóxicos del alma).

Si  fueren  pensamientos destructivos,  has  tener muy claro  que nunca serán  amigos ni aliados (por mucho que nos den la "razón" en todo  y nos adulen),  sino peligrosos enemigos.

Eres  dueño (no esclavo) de  tus  pensamientos;  el Yo los maneja,  los depura  y no  debes permitir  que ocurra lo contrario:  despidiéndolos  amablemente de la propia mente y haciéndoles luego caso omiso,  centrar la atención  en otras cosas.

Prácticas como la relajación,  meditación y oración,  mindfulness  ( arte de vivir el presente)...,  pueden ayudarte a retomar el control  sobre la mente y sus cogniciones.  A través de ella,  controlar  tus emociones.  A través de mente y emociones,  liberar y armonizar tu vida. 

domingo, 9 de octubre de 2016

AMIGOS Y AMISTAD



  Cuentan,  que Ananda,  discípulo amado de Buda, preguntó un día a su maestro:  "Maestro,  ¿es la Amistad la mitad de la vida espiritual?"    Y el maestro respondió:  "Más aún,  Ananda:  La Amistad es toda la vida espiritual"


Es  genial la intuición de vivir la vida del Espíritu en clave de amistad.  Pero,   como realidad trascendente y amorosa,  se hace imposible sin capacidad de  relaciones gratificantes y  plenas con las personas a nuestro alcance.   Y vice:   una amistad humana   verdadera supone,  conscientemente o no,  una interacción latente y activa  desde los planos más profundos del Ser,  que converge calladamente en el Espíritu de Dios.  La Psicología transpersonal entiende que  la relación con Uno mismo,  con el Otro y con Dios,   se alimentan de una misma Fuente.  


Por eso, la pequeña historia de Ananda y su maestro,  Buda,  habla con verdad.   En nuestra cultura, otros   grandes referentes espirituales ,  llegan a las mismas conclusiones:  Sta.   Teresa, la gran Mística de nuestra cultura,  por ejemplo,    valora tanto la amistad como relación humana  que, además de expandirla fraternalmente a su alrededor,  se hace capaz,   de forma  nueva y singular,  de hacer  Amistad  hasta con Dios. 

La Amistad es terapéutica.  La fuerza de sostenimiento  que supone  una red social relacional fuerte, bien tejida y consistente,  ayuda a muchas personas  a salir de muchos baches y oscuros túneles... permitiendo  respirar hondo  en  tantos momentos difíciles de la vida.

Pero,  no solamente hay que saber "teóricamente"  en qué consiste,  sino que,  lo verdaderamente importante,  es  reconocerla en la cotidianidad,  en la vida real de cada día  con reflejos  de sencillez,  afabilidad,  cercanía, nobleza,  confianza.   Porque pudiera ocurrir,  y  a menudo ocurre,  que  la "teoricidad narcisista"  se  "encandile" y  pierda en ella misma   sin aterrizar nunca ni saber concretar.   Una teoría  transformada en vida,  se acredita.
En el caso  de  la Amistad,   acaba siendo el mejor cementante social:   consolida relaciones personales o bien,  simplemente,  las deja fluir de manera benevolente,  solidaria y constructiva para todos.  Se   fortalece,  así,  esa red interaccional positiva  que densifica el tejido de una sociedad fuerte. 

  Amistad,  en sentido  óptimo, completo e integral,   supone  una actitud ante la vida,   penetra toda construcción  relacional,   y  autentifica el  amor en la diversidad de sus diseños, formatos, modalidades y patrones.  El amor adquiere en ella  consistencia,  veracidad, honestidad, densidad,  practicidad  y  realismo:  relaciones paterno-filiales, fraternas,  familiares en sentido amplio,  propiamente amistosas,   laborales ...;  incluso con las mascotas,  el mundo animal,  la naturaleza,  el ambiente, el universo;  la amistad llega hasta   las cosas materiales,  que nos son dadas  como un regalo  del progreso  para mayor  calidad de vida humana y  remiten,  en última instancia,  a la generosa bondad del  Dios Creador.   Con uno mismo promueve la autoaceptación siendo fuente de paz;    con  el Espíritu  crece haciéndose  partícipe  de su Sabiduría.
La amistad    todo lo hace bueno,  agradecido,  útil,  feliz  y eficaz.

No te encierres en ti mismo,  habla,  comunica,  dialoga,  comparte,  con aquel  que te inspira confianza,  aquél  del que puedes esperar una  escucha sincera,    comprensión segura,  la palabra  y el  aliento necesario.   La vida misma,  aprendiendo a vivirla ,  supone una escuela de terapia provista de valiosas herramientas  que hay que saber usar  para   el bienestar humano:  físico, psicológico,  espiritual.   Entre ellas,  la Amistad.  

La Humanidad entera en Amistad,  sería,  como último reto,  "el más bello logro del Universo"
Amistad  que construye y re-construye personas  porque  descansa en la confianza y  dinamiza en esperanza  todo lo que toca.  

Como dice el proverbio,  Un  amigo verdadero es aquel que llega cuando, aquellos que no lo son,   se van.