El lenguaje nos construye. Las palabras que continuamente rumiamos en nuestro interior (hay que aprender a observar ese "lenguaje interno" que nos acompaña desde la adquisición del habla en la infancia, y acompaña en todo momento nuestra conciencia) son el filtro constante que construye la realidad que acontece y, al mismo tiempo, configura la mente, el "yo" de cada persona.
Dice Michèle Petit, antropóloga francesa:
"El lenguaje nos construye. Cuanto más capaces somos de darle un nombre a lo que vivimos, a las pruebas que soportamos, más aptos somos para vivir y tomar cierta distancia respecto de nosotros mismos, y más aptos seremos para convertirnos en sujetos de nuestro propio destino..Pueden quebrarnos, echarnos e incluso insultarnos con palabras, incluso con silencios. Pero otras palabras nos dan lugar, nos acogen, nos permiten volver a las fuentes, nos devuelven el sentido de la vida".
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Por eso sabemos que hay palabras tóxicas y palabras sanadoras, benéficas; por eso, somos responsables de cada palabra emitida que impacta en el ambiente y que puede contribuir o no a la destrucción o mejora del mundo y de nosotros mismos.
Cada lengua, cada cultura, permite una construcción diversa de la realidad. La capacidad personal de pluralidad lingüística desarrolla la inteligencia, amplía la mente y permite el acceso a un universo de matices propios del lugar, que se ignora en otros entornos. En interacción con los propios esquemas culturales y de vida aprendidos, la estereoscopia que genera suscita espectaculares crecimientos de conciencia.
Las palabras tienen un poder creador y transformador. No solo describen la realidad, sino que son capaces de crearla y transformarla:
-Generan identidad personal: lo que nos vamos diciendo a nosotros mismos y lo que nos dicen los demás nos configura, situándonos ante el mundo y los otros.
-Generan relacionabilidad: comunicación, trasvase de conocimiento, emociones, solidaridad. La calidad de una conversación expresa la calidad de la relación.
-Generan compromisos. La palabra dada ("de honor") asume responsabilidades y consigue metas que de otra manera quedarían diluidas en una indolencia incapaz de transformaciones hondas.
-Generan posibilidades abiertas anticipando la construcción del futuro. Preparan caminos transitables para una posterior acción.
-Generan mundos distintos que amplían la visión del Universo.
El filósofo y sociólogo Rafael Echevarría continúa y exhorta:
¿Quieres generar un mundo diferente? Cambia tus conversaciones, genera compromisos, crea posibilidades.
Por nuestra responsabilidad en esta vida y este mundo... todos tenemos un lugar en las palabras (C.Warnken)
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