martes, 11 de junio de 2019

QUÉ HACER CON LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS





     ¿Qué pasa cuando un pensamiento se nos cuela dentro  y no deja de dar vueltas en nuestra mente...  especialmente  cuando es una idea negativa,  insidiosa,  que no nos deja en paz y a la que tampoco podemos dar respuesta inmediata para atajarla?

A menudo  perdemos la paciencia por el pensamiento zumbón que nos persigue,  entramos en zozobra,  y hacemos lo  posible  por alejar semejante incordio de nuestra vida. 

Pero, ¿es ésta la estrategia adecuada,  la que más conviene y nos libera?   La respuesta es No.

La opción correcta es  proactiva (no reactiva,  como la anterior) y  pasa por la aceptación.  Supone aprender a no hacer caso,  como quien oye llover.  El que algo nos dé vueltas  interiormente es normal y   forma parte de la vida:  el lenguaje interior suele encargarse a menudo  de llevarnos al pasado para lamentarnos  o al futuro para temer.  Pero la no aceptación o  evitación de esta negatividad  que a menudo nos persigue,  justamente nos esclaviza a ella,  y cuando sobrepasa un umbral de "enganche" y nos controla,  el pensamiento se vuelve obsesivo en un círculo cerrado y  vicioso que llamamos  rumiación.  

 Con  actitudes de aceptación,  será  nuestro Yo consciente  quien  retomará el control,  alejándose del vaivén de olas poderosas que parecen  desafiar nuestra frágil barca a la deriva. 
La aceptación pacífica y la tolerancia de estas situaciones,  tan cotidianas y habituales en la vida,  genera  una misteriosa Confianza que aprende a  flotar en ese mar impetuoso y potencialmente amenazador,  sabiendo  que,  análogamente,  la vida misma nos mantendrá igual a flote de una y mil maneras.  

Para lograr esta aceptación   hay que atender al lenguaje.  Porque es el lenguaje  el que nos esclaviza al pensamiento negativo que no deja de verbalizarse en la mente  y llevarnos al pasado o al futuro,  de manera obsesiva a veces, dejando escapar el presente real que nos vive.  Hay que generar  automensajes conscientes que desactiven los pensamientos negativos, anulando su efecto:  "no me voy a inquietar ahora,  cuando las cosas lleguen,  lo solucionaré";  "si esta persona se portó mal conmigo,  seguramente no tenía un buen día,  como nos pasa a todos"... etc. 

Para ayudarse,   interesa,  a nivel mental,   mantener  los propios valores,  motivaciones y metas,  teniendo siempre en cuenta  lo que realmente nos importa en la vida,  más allá de cualquier  malestar que nos interfiera. 

Físicamente,  hacer deporte y caminar al aire libre  son capaces de renovar el ambiente interior,  sanearlo,  y producir valiosas endorfinas capaces de hacer frente al  pensamiento "okupa" que nos zahiere.  

                                          
                                                                           
                           







No hay comentarios:

Publicar un comentario