Según el diccionario, Amistad es "Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato".
El otro sirve para conocer y entender al ser humano en general en su maravillosa diversidad... pero también para conocernos a nosotros mismos. De alguna manera, los demás nos sirven de espejo y reflejan muchas cosas que nunca llegaríamos a percibir mirándonos solo a nosotros mismos. Y si, además, ese "otro" es buen amigo, nos ayudará a procesar aún mejor el conocimiento propio, su sinceridad no dejará sombras y supondrá un estímulo para mejorar, limando defectos y potenciando lo mejor de cada persona. Todo ello contribuye a la configuración madura y adulta del yo social y relacional.
Incluso en las peores condiciones de adversidad humana, puede encontrarse un amigo. Elie Wiesel, un judío apresado en Auschwitz y Buchenwald, sobreviviente a la sobrecogedora masacre del Holocausto y premio Nobel de la Paz, afirmaba: "Sé que, incluso en las tinieblas, resulta posible crear la luz y nutrir de compasión los sueños. Que uno puede pensarse libre y libertador en el interior de las prisiones. Que, hasta en el exilio, la amistad existe y puede llegar a ser un ancla". Y añadía: "La amistad marca una vida aún más profundamente que el amor. Los riesgos del amor degeneran en obsesión, pero la amistad no es otra cosa que compartir".
El amigo sostiene y mejora nuestra estima, apoya en tiempo difícil y amortigua el estrés, genera sentimientos de pertenencia, alienta el crecimiento personal, la autenticidad y el equilibrio emocional, procura bienestar y felicidad.
A pesar de que todas las emociones pueden darse en una relación de amistad, la tónica general es de energía positiva y alegría.
Amigos se van haciendo desde la primera infancia y van cumpliendo su función en cada etapa de vida. Pueden situarse a mayor o menor distancia y habrá siempre distintos niveles de confianza. Pero todos son importantes, cada cual a su nivel, en su particular ambiente y con su función interrelacional concreta. ¡Cuídalos!
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