sábado, 11 de enero de 2025

EL AZAR REPARTE LAS CARTAS Y NOSOTROS LAS JUGAMOS

 


La célebre frase de Schopenhauer lo dice todo.   En realidad, la suerte de cada cual depende mucho de cómo jugamos las cartas que nos tocan, es decir, de actitudes que  condicionan todo.   Hay situaciones azarosas que no podemos controlar, pero otras suponen oportunidades que no podemos desaprovechar, y hay trabajarlas a favor nuestro.  

Ante lo que no puedes cambiar, si cambias la mirada, todo cambia.

La vida necesita flexibilidad, capacidad de adaptación y consciencia de un mundo difícil en el que también se mueve mucho potencial generoso y bueno, que debemos detectar  e interactuar con él para emerger su beneficio. 

Nuestras creencias condicionan  realidades que creamos:  si pensamos que el mundo es injusto, adverso y cruel, se reflejará en el rostro y el entorno agredirá nuestra hurañez.  Si entendemos que el mundo alberga también bondad y alegría, comprensión y amor, tal  certeza brillará, secreta, en la mirada,  y las cosas buenas nos encontrarán.  Será siempre la mejor jugada por muy modestas cartas que tengamos. 

La actividad consciente, despierta, positiva,  atrae las mejores energías de la vida, de los demás. Sus actitudes se asientan en una gran virtud, que siempre cabe aprender en la vida:  Confianza.  La confianza despeja caminos y corazones, acepta lo que hay, pero sabe esperar, sabiendo que las cosas pasan y en un momento puede cambiar todo.  No hay bien ni mal que cien años dure  reza un acertado refrán castellano.
Confianza que no abre quizás la puerta que deseamos, encuentra multitud de ventanas para  dar salida y compensar.

No creamos tampoco pasivo el confiar, sino activo, dinámico y responsable,  comprometiendo con coraje  actitudes, conductas concretas que nos benefician y mejoran la vida propia y de los demás.   Y con la humildad de nuestros posibles limitados,  confiar lo que falta en el fluir vital de una existencia que día a día nos sostiene y nos alienta. 





 




jueves, 5 de diciembre de 2024

HÁBITOS ATÓMICOS

 



Interesante denominación acuñada por James Clear, que postula, bajo experiencia, que
pequeños cambios, de poco esfuerzo, en nuestra vida, conforman a la larga resultados espectaculares.
Es su tesis y ayuda a muchos con ella.   Diversos ámbitos de la existencia pueden mejorar si nos comprometemos, salud física, mental, emocional, nivel relacional y profesional.  Comprobar que un pequeña voluntad, mantenida, consigue sus efectos, además de consolidar la autoestima y seguridad en uno mismo.

Puede ser un corto paseo cotidiano, subir y bajar escaleras en lugar de ascensor, 10 minutos de ejercicio;  puede ser un rato obligado de lectura o alguna actividad cultural frecuente; contestar siempre los correos,   interesarse por alguien que lo necesite,  decir gracias por el mínimo detalle recibido, sonreír.  Sí, sonreír  la vida desde primera hora de la mañana, respirar hondo y sacar de ella la mejor energía, también en situaciones complicadas y difíciles.  Actitudes y conductas que se repiten a pequeña escala configuran hábitos que nos transforman a nosotros y transforman la vida.                                                                                                                                     
No todo a la vez, bastan las cosas despacio, una a una, mantenidas, fieles, coherentes y perseverantes.   Pequeñas metas a corto plazo configuran grandes cambios sostenidos más allá: es la mejor inversión en calidad de vida.   

Ocurre  a menudo que desesperamos de la situación que atravesamos, parece que todo está en contra nuestra, entramos en bucle y no sabemos salir, conscientes de la cantidad de cosas que tenemos por delante por cambiar.  Nos acobardamos, la mole nos aplasta e intimida.   Entonces quisiéramos hacer grandes cosas o muchas a la vez, a la desesperada, para poder avanzar, pero ni una ni  otra opción son eficaces. Solo el pequeño quehacer, la pequeña determinación de cada día, con perseverancia, puede realizar el milagro de una transformación gigante. 
Has de elegir por prioridades lo que te convenga, y conforme una pequeña determinación queda implementada en tu vida sin esfuerzo, es decir, transformada en hábito, ir añadiendo otras acordes. 

Además, otro secreto.  La felicidad se construye con pequeñas cosas que nos gratifican, esas que queremos hacer  y conseguimos hacer.  No se asocia especialmente a un logro concreto o una posesión (conllevan satisfacción, pero no es felicidad).   Pequeñas cosas, perseverantes,  bien tejidas en el acontecer cotidiano,  dan color a una existencia sencilla y reconfortante consigo mismo y con los demás. 

                                         







jueves, 24 de octubre de 2024

LO QUE DICEN LOS DEMÁS

 



No se puede estar pendiente de lo que dicen los demás.  Es una jaula que nos condiciona e induce una vida falsa, que no es nuestra, una trampa.  
Hay personas con enorme dependencia emocional  del criterio ajeno,  los comentarios negativos, las críticas las destruyen.  

Quien sufra esta dependencia emocional tiene siempre  tiempo de sanar, de aprender, de liberar su vida.  Es verdad que las personas que nos rodean son importantes, ayudan a conocernos porque nos hacen espejo, gracias  la interacción humana,  completamos el conocimiento propio y descubrimos también a los demás.  Crecemos y maduramos.  Por eso es bueno mantenerse receptivo, el criterio ajeno enseña,  orienta, ofrece perspectivas diversas que amplían el limitado horizonte particular sobre la realidad  También es normal que unos criterios nos importen más que otros, por la cualificación personal,  poder de sugestión o afecto.   Todo lo cual no significa que nadie tenga que disponer, dirigir, manipular nuestra propia vida.     

El reto está en escucharlo todo y a todos, unos y otros,  apreciar y valorar todo lo que nos llega, tenerlo en cuenta.  Pero al final...  DECIDES TÚ. 

Porque hay que tener también en cuenta algo muy importante.  Lo que piensan o sienten otros refleja más su realidad  que la tuya, porque proyectan su propia experiencia de vida, aprendizajes, problemas emocionales  o heridas del camino sobre los demás.  Por eso mismo no debe condicionar como a veces lo hace. 
Así, la posible negatividad ajena no debe hacerse personal, como tampoco un exceso de halago y gratificación, una seguridad que nos ensorberbece;   hay que poner siempre distancia razonable y necesaria  para que tanto una actitud como la otra nos deje el mensaje justo que podamos aprovechar (todo en la vida enseña),  pero sin desestabilizarnos en un sentido o en el otro.   Tampoco hace falta discutir la hipercrítica,  mejor distanciarse elegantemente e ignorar si nada nos aporta.  A veces ayuda sentir compasión, porque quien lanza sin control su furia o crítica mordaz sobre los demás suele estar al límite de muchos problemas personales que necesita vomitar.  No permitas que te salpique, es problema suyo y no debe implicarte a ti. 

Tarea nuestra será siempre encontrarnos con nosotros mismos, el reto de la autenticidad, confiar en ella y vivir la vida con sencillez;  aprender de todo lo que nos llegue, nos guste o no,  y procurar en todo momento dar lo mejor de nosotros mismos.  No hay receta más sencilla para ser serena y auténticamente feliz.  







miércoles, 25 de septiembre de 2024

SOLTAR

 



Soltar es palabra mágica que se ha hecho muy útil en terapia:    relajarse,  aflojar, soltar esos globos de gas que apretamos frenéticamente en nuestra mano,  miedos, deseos, rabietas, envidias,  tristezas, alegrías, frustraciones, necesidades...  recuerdos, rutinas, hábitos malsanos,  relaciones tóxicas... Relajarse, dejarlos libres, soltar.  

Soltar para liberarse de todo aquello y dejar espacio para recibir,  poder llenarse de lo que realmente alimenta y construye. De otra manera, es imposible. 
Soltar lo que nos daña y esclaviza, lo que debe marchar, lo que nos ata, desvitaliza y resta autenticidad...  Para que permanezca que lo que debe quedarse y sobreabunde para lo bueno que llegará.  

Sea lo que fuere que soltamos,  un añadido importante completa el gesto y lo dignifica: gratitud.  No importa qué, en su momento cumplió su tarea y su función, pero ya no nos sirven:  en el pasado, quizás ayudó, con lo cual, gracias por haber estado, pero gracias ahora por partir.   Incluso el dolor, la mala experiencia, la adversidad... llegan a nuestra vida con una lección de vida: aprendizaje, resiliencia,  confianza más allá de lo que acontece.  Incluso aquí se puede agradecer,  pero despidiendo con firmeza el excedente de un dolor que para nada sirve ya. 

Soltar adecuadamente obliga  a repasar nuestro interior,  ideales y aspiraciones... permitiendo aquellas que nos plenifiquen de verdad.  
Porque si estribamos la felicidad en meras aspiraciones materiales, trepa o rivalidad, cuando al final las consigamos, si nos gratifican, bien estará, pero si nos dejan insatisfechos e impulsan al ambicioso e inconformista más y más, considérese aniquilante esclavitud.  

Al final uno descubre que la verdadera felicidad, más allá de un excedente de logros materiales, estará siempre en la Paz del corazón.
Así, aquello que no la alimenta y nos destruye, mejor despedirlo... Soltar. 














domingo, 4 de agosto de 2024

LIBERTAD Y LIBERACIÓN



Es distinto.  La libertad se mueve en el mundo de las apariencias concretas, la liberación es más profunda. Lo que entendemos por libertad, ese libre albedrío del cual el ser humano  hace siempre gala y defiende con uñas y dientes, no es tan libre como creemos.   
Una persona puede creer actuar con libertad y ser un auténtico esclavo condicionado, manipulado, sin darse cuenta, por mil  circunstancias o factores, más o menos sutiles o conscientes, que controlan su vida.   
 La liberación es más profunda y atañe al ser;  se topa con limitaciones y puede parecer no libre a veces, no siempre se puede todo.  Pero ha conseguido la libertad que realmente vale y sí  puede con todo:  poder elegir  -entre lo posible- lo que más conviene. 

Decía Franz Grillparzer, las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos, es la mente la que hace al ser humano libre o esclavo.  Nuestra actitud de cada momento es la que en realidad va conduciendo nuestra vida, día tras día, conformando nuestra existencia. 

La libertad efectiva, a nivel práctico, estará siempre acotada por alguna parte en nuestra existencia.  Condiciona nuestra genética, nuestra historia de vida, estado físico,  nivel de inteligencia, temperamento; nuestra economía, cultura, principios y valores... además de las circunstancias del día a día.   El arte libre de la vida -conociéndose a sí mismo- estará siempre en disfrutar y agradecer lo que sí podemos y tenemos,  sin dejar de intentar lo que queremos y nos gustaría, pero con corazón desprendido, lo logremos o no.  Y seguir adelante. 

La liberación profunda del ser permite estar por encima de libertades cotidianas, condicionamientos o limitaciones, se conecta profundamente con la paz psicológica y se mantiene siempre  serena, positiva, activa y esperanzada. 

Para conseguir esta liberación, respira hondo,  agradece lo que tienes, y en lo que puedas, procura cosas que te hagan bien,  te favorezcan,  gratifiquen y hagan feliz.  Y aunque no parezcas  experimentar felicidad subjetiva, agradece igual.   La conformidad positiva con lo que hay, con lo bueno que sí tienes,  te libera.  No te importe asumir riesgos si algo bueno está en juego, asumiendo la posibilidad de equivocarte (permiso para errar), sabiendo que, si ocurre, esto mismo es experiencia importante de vida y aprendizaje. 

Cuídate física y mentalmente, si sabes hacerlo espiritualmente, trabájalo también:  busca momentos de silencio, de paz y encuentro contigo mismo, medita, reza, contacta con todo aquello que es más grande y  fuerte que tú.  
El contacto interior con aquello que nos sobrepasa nos hace sentir pequeños y vulnerables, pero protegidos y acompañados; deviene fuente de paz y  nos libera.  Nos hace comprender que no siempre tenemos control completo  sobre nuestra propia vida, pero la misma Vida, con mayúsculas, si confiamos en ella, nos lleva y nos protege.  




martes, 18 de junio de 2024

EINSTEIN Y EL AMOR








No sé si entendemos de
amor lo suficiente como para comprender la genialidad de Albert Einstein, también en el terreno del Espíritu, en una suerte de misticismo científico llamativo y excepcional.  Vale la pena reflexionar, porque ese amor se construye con las pequeñas cosas de cada día, esas que, bien hechas, gratifican interiormente y dilatan el corazón:  

-Puede ser consigo mismo, cuidándose, queriéndose, respetándose, dinamizando lo mejor de sí.  
Puede ser con los demás, igualmente cuidando, queriendo, agradeciendo, respetando, animando y apreciando lo mejor de ellos, o bien, aprendiendo a comprender y a perdonar.  
Puede ser hacia la Naturaleza que nos cuida y nos sustenta y tantas veces maltratamos.
Puede ser hacia la vida, que nos trae cosas y circunstancias, que nos gustan más o menos, pero detrás de las cuales, existe siempre el empuje a fortalecernos, madurar, descubrir nuestros recursos ocultos, superar retos, hacernos más fuertes, aprender a pedir ayuda y confiar en los demás. 
Si el amor es ley del universo, serán siempre sus armas las que mejor nos pertrechan para la vida. 


“Mi querida Leiserl,
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas: el Amor.  El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.  El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El Amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere.  El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da Sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos olvidado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre.  Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites. Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía.
Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser siente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.   Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!”. Ama a quien te ama, valora a esa persona que esta junto a ti, incluso en los momentos en los que ni tú misma te soportas, quienes te aman estarán junto a ti en los momentos difíciles, porque fácil es estar en los buenos momentos, difícil es que estén junto a ti cuando más necesitas apoyo y atención.
No permitas que la costumbre de tenerlo te arrebate, poco a poco, ese alguien especial que la vida te ha dado. Recuerda que en los seres humanos, el exterior no siempre demuestra lo que en el interior se siente. Cuida, escucha, atiende. Y sobre todo ama. Hasta que tus fuerzas se agoten, y si te agotas, descansa y vuelve a amar. Renueva los sentimientos y no desmayes. Sé feliz y haz feliz.
Tu padre: Albert Einstein”









domingo, 5 de mayo de 2024

QUEROFOBIA: MIEDO A SER FELIZ

 


También ocurre:  del griego queros, regocijarse, 
querofobia significa miedo a ser felices, a disfrutar de la vida, no darnos permiso para el gozo y la alegría, llegando a ser una trampa peligrosa de la que nos debemos liberar.                                                                                                                                        Así viven quienes piensan que la felicidad es un sentimiento del que se debe huir... por miedo.   Como si no fuera merecida o porque la entienden como una situación tan efímera y fugaz, que asusta lo que puede llegar después. 

He conocido personas que nunca vieron momento de superar un duelo  (tras un tiempo normalizado razonable), no se daban a sí mismas permiso para disfrutar de la vida, todo les sabía a traición, ¡cómo iban a alegrarse cuando el ser querido  no estaba  allí para disfrutarlo igual! 
Otras veces, el miedo a ser feliz nace de la extrema vulnerabilidad que sentimos, pensamos que no durará eternamente y  después llegará un bajón o adversidad que nos da terror.
O llega por exceso de perfeccionismo o autoexigencia, con lo cual, el listón estará siempre demasiado alto para podernos autogratificar. 
Las preocupaciones de la vida van a estar siempre ahí, pero dejarse atenazar por ellas tampoco es solución.  Sin embargo,  hay personas que parecen "necesitarlas" para sentirse vivas,  no quieren saber de descanso o distracción, les suena a "irresponsabilidad".       

Hay que pararse ante sí mismo y ante la vida y preguntarnos si eso es lo que queremos de verdad, si elegimos para nuestro presente futuro ese tenso negro gris.  Si  tenemos la fuerza de voluntad suficiente para escapar de la zona negativa de confort que nos subyuga y esclaviza sofocando nuestra libertad. 
Porque solo cuando queramos salir de esta jaula, no antes, podremos hacer cosas concretas para escapar. 
Cuando estemos decididos, la voluntad sola tampoco podrá con ello, habrá que ayudar con  estrategias conscientes que que allanen el camino:

Empezar por  concienciar y reconocer pensamientos, actitudes y conductas que perpetúan nuestra anclaje en una infelicidad no deseada . Y repetirse a sí mismo con convicción: Quiero liberarme, quiero ser feliz. 

Tampoco ponerse tenso por ello, porque no es cuestión de puños sino de relajar,  dejarse hacer,  escuchar al cuerpo en el descanso, en sencillos y gozosos placeres de la vida, respirar hondo, nutrirse adecuadamente, descansar bien.                                                                                 

 Las pre-ocupaciones, mejor obviarlas hasta que sean ocupaciones y haya que encargarse realmente de ellas.  Intentar centrarse en el presente y no en un pasado que ya no es (del cual hay que extraer la lección que nos diera, y luego pasar página y olvidar); ni en un futuro que tampoco es y para el cual las elucubraciones previas, que nunca suelen acertar, suponen un desgaste de energía devastador. 

Aprender a expresar lo que sentimos, pensamos y vivimos, como Arte de Comunicar es fundamental para poder ser feliz, somos seres sociales, con lo cual los demás serán siempre nuestro mejor reflejo, apoyo,  fuente continua de autoconocimiento y alegría  (también de penas, incomprensión y sinsabores, con lo cual, las habilidades sociales HHSS serán siempre reto pendiente e importante meta de aprendizaje a conseguir).
Las personas que queremos y que nos quieren serán siempre el gran y mejor apoyo con el que cuenta el que quiere ser feliz. 

Conectar consigo mismo.  Lo hayamos descubierto o no, todo ser humano lleva dentro, innato, un pozo de secreta felicidad y alegría.  Hay que aprender a bucear en su fondo, porque está.  Y hallarlo, porque nos espera.  Es el núcleo más puro de la propia autenticidad, aquella que nos conecta con lo profundo de las cosas, de los seres y de toda realidad. 

Hay que alejar temores inciertos en la vida, disfrutar de todo lo bueno y bonito que nos ofrezca y  llegue a través de ella;    perder simplemente este miedo es empezar a ser feliz.